Le digo a Claudio que no es conveniente desperdiciar las horas con la chusma literaria. Que es infinitamente más provechoso beberse una cerveza con un estibador borracho o amanecer con una puta triste en la playa de Curanipe. Que no lo tome como clasismo, prejuicio o arrogante desdén. Simplemente le hago ver que el tiempo de un creador de alto nivel es demasiado valioso, pues mientras otros intentan ascender dificultosamente las escaleras del arribismo literario, se adornan de muletillas y afectaciones, se hacen zancadillas mutuas o intentan hacernos perder el tiempo leyendo sus pelotudeces, nosotros estamos rompiendo la barrera del sonido lingüístico, renombrando estrellas, lanzando letras al agua ruidosa o escarbando en las catacumbas de la incoherencia narrativa. Le enfatizo que es como jugar ajedrez. Nunca mejorarás batiéndote con los aprendices. Y para todo lo que pretendemos leer y decir, nuestra vida se vuelve más corta que la de una ephemera. Por esto, distraernos a estas alturas sería letal para este suspiro vital que nos fue concedido por algún don Nadie.
Pintura: August Macke
Pintura: August Macke