La posibilidad de que todo sea
mentira, la alegoría del sueño perverso de una alegoría, un holograma
bombardeado con llovizna, cicatrices perdurables de hombres que nunca vivieron,
el amor y el odio exhalado por un cóndor milenario que observa desde un risco
desgastado, el sintagma placentero de una grabadora atorada, la congoja de un ruiseñor anciano, el ruido y la
furia de Faulkner, la timidez tras el cortinaje de Pessoa (los únicos hombres que creyeron
haber existido), la pesadez de no ser más que
improbabilidad, leves notas de un órgano destruido por el fuego mucho antes de
que algo existiese.
Pintura: Bernard Buffet
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