El agua del deshielo se desliza valle abajo con caudalosa constancia. El río Ñuble y los esteros de piedra parecen desaguaderos de dios. Pienso en las promesas de la última campaña presidencial diluidas en el caudal de contradicciones que aqueja a la sociedad chilena. Educación gratuita, reforma tributaria, salud extendida, acorte de rienda a las isapres y un severo correctivo a las afp. Poco se ha logrado. No dudo que algunos de los muchachos que están en el gobierno tienen buenas intenciones, y de verdad pareciera que hacen todo lo posible por avanzar, por destrabar, por romperle siquiera algún cerrojo a nuestra estructura económica tan vergonzosamente injusta. Pero en el intento se lo comen los cocodrilos de la prensa controlada, las hienas mentirosas de la extrema derecha, el egoísmo integrista de la banca, la ciudadanía impaciente, el cálculo incomprensivo de la extrema izquierda, y pasan indefectiblemente a engrosar la inacabable lista de inocentes caídos en desgracia.
Están estancados en una promesa. Una lástima.
ResponderEliminarDemasiados inocentes los votantes esperanzados en cambios profundos, nada inocentes los que dijeron sin medir. Creo que desde el principio sabían que tenían una misión casi imposible, los felicito por intentarlo pero si todo esto queda en esperanza e intento solo acarreará mucha desilusión y el regreso inmediato al anterior modelo. Así todo termina siendo un mal chiste del día de los inocentes.
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