Desesperado Morse

Levanto los ojos hacia mi biblioteca que ya llega al techo. Libros viejísimos que se desarman solos. Libros comprados en ferias callejeras a precio de papel de envolver. Los libros más pesados sostienen a los más débiles. Los últimos quedan apretujados. Busco lecturas para una hora sombría. Mis dedos palpan libros sin demasiada convicción. Decido no perder más tiempo y saco a Los hermanos Karamazov. Antes de bajarme de la escalera alcanzo a sacar también El tiempo recobrado. Vuelvo siempre a los clásicos, como si luego de ellos no se hubiese escrito nada relevante. Sé que no es así. 

Los dejo sobre el escritorio mientras lleno mi copa de cogñac. Me bebo la primera copa al seco y los quedo mirando. Siguen cerrados. Lleno nuevamente la copa. Bebo la mitad y me siento. Sigo viendo sus tapas, sus nombres rimbombantes, la esencia de la cultura contemporánea, con sólo nombrarlos algunos hijos de su puto padre se hacen pasar por intelectuales. Me acechan las tinieblas del resentimiento. Me da por pensar que todos esos huevones era ricos y tenían enormes fincas y sirvientes que los mantenían. El ocio y la abundancia les permitían perseguir el sol. Por eso escribían maravillas. Yo, en cambio, debo escribir en un morse desesperado para poder sobrevivir.

7 comentarios :

  1. Que gran tema Muzam.
    No lo voy a desarrollar in extenso, pues debo hablar de la vereda de la ignorancia, entendida como la ausencia al mundo literario.

    He seguido esta semana los tuiteos de algunos escritores a raíz de la Feria del Libro. Hace un tiempo me quejé que la mayoría no usa twitter para crear sino que solo para decir sandeces.
    Pero en estos días han transformado esas plataformas en verdaderos spam de publicidad sobre sus libros nuevos o reeditados.
    Algunos me aburrieron y opté por filtrarlos unos días.

    El tema es definitivamente como se accede al éxito, como logras trascender más allá de unas pocas personas que con más amor que exigencia leen tus escritos.

    Me encanta la palabra clásico, pues es lo más opuesto y a la vez lo más parecido a revolución.

    Cambiar lo establecido para lograr un clásico debe ser un objetivo, pero para que alcance tal categoría no solo debe ser bueno, sino que además parecerlo.
    Como dijo un cómico por ahí los libros gordos son los preferidos de los modelos, pues les enseñan a caminar.

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  2. Al parecer, con Twitter se ha producido un lento aquilatamiento de las voces más fuertes. Reconozco que aún no me atrae, pues poco me importa enterarme a través de una o dos frases bastante toscas y expresivamente pobres, sobre lo que está aconteciendo en el mundo. El sitio ha seguido mejorando e incorporando nuevos atributos y herramientas. Como varias personas me han buscado desde allí, he empezado a enlazar textos para que esos mismos usuarios y amigos me puedan leer desde allí.
    Lo que mencionas despierta mi interés pues da a entender que se aproxima el desembarco masivo de las perros grandes y en lugar de intercambiar idioteces empezarán a predominar los significativos haikus. En algún momento pasado lo comentaste y te reconozco como precursor de esta misma disquisición.
    Respecto a los clásicos, pues son los únicos libros de los que nunca me desharé. Siguen acompañándome y envejeciendo conmigo. Muchos durarán muchos más años que yo, salvo los minilibros Quimantú que a duras penas me han sobrevivido a mi treintena. Los parcho y desempolvo a menudo, como hijos enfermos condenados a la pronta extinción.

    Respecto a De bajo perfil. Pienso que es un blog muy atractivo y personal. Me gusta el tono informal y algo triste de los post, tanto como la música que los acompaña. Creo que es tu blog más íntimo, el que viene con un ticket para radiografiar tu espíritu. Pero no hay posibilidad de comentar desde allí mismo, y el título me parece demasiado genérico para un blog, no le aporta y más bien le quita, le queda chico, lo esconde e invisibiliza. Sé que se pueden hacer muchas cosas interesantes desde allí.

    Un abrazo amigo.

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  3. Digamos que de-bajo perfil, es de bajo perfil...

    No se si se puede comentar a partir de lo que dejo en esas líneas que hago junto a los grandes de la música, trabajar junto a Elvis y lograr que una niña en corrientes escuche un tema que se hizo antes que ella venga al mundo es mérito del rey, no de este oscuro chileno.
    Cuando lo imaginé, lo hice pensando en esos viejos programas de radio que oía cuando chico por la onda corta. Solía escuchar algunas radios norteamericanas donde unos viejos (se adivinaba que eran tales), con un cigarro en la mano y un bourbon en la otra desmigaban unas frase y luego "te ponían un tema".
    lou-perfil, es un homenaje a ese gran pensador chileno Douglas cuyo acierto presencié en vivo y me encantó como nombre. Porfiado como soy lo dejaré tal como está y si lo quieren así, será porque lo aman de verdad... voy a revisarlo, en realidad hace rato que no lo sacudo un poco.

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  4. Cuando veo a los abogados hablando sobre un caso policial desde sus estudios o a algún psicólogo comentando para algún magazine de tv y veo sus bibliotecas siento una envidia profunda... Una tontería porque es culpa mía no haberme esforzado lo suficiente para hacerme de un presente próspero que me permita contruime un palacio de libros y llenarlo de clásicos.
    Pensando con más calma y habiendo controlado el sentimiento negativo y enceguecedor, caigo en la cuenta que después de todo no está mal mi presente y mi biblioteca virtual tiene lo suyo. Es probable que si hubiese orientado todo mi esfuerzo a un futuro de prosperidad me hubiese olvidado de leer y la biblioteca quedado en proyectos.
    Me gustaría tener un clásico en mi manos pero me conformo con haberlos leido en la pantalla LCD. Además, mis incursiones en el mundo virtual me permitió llegar hasta gente muy lejana que ha influido decisivamente en mí, para bien y para mal o ambos al mismo tiempo. Con más o menos marketing, sin haber sido publicados aprecio haber leido a varios desconocidos en el mundo formal de la literatura que sin embargo hacen lo propio con mucho talento y dignidad.

    Eso me alegra y la envidia no vuelve.

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  5. ¿Douglas? ¿el cantante de baladas?
    Vaya. Lo que en realidad quise decir y al final se me olvidó aclarar, es que cuando busqué tu blog a través de De bajo perfil o Lou-perfil, me encontré con que era un tipo de plataforma genérica que llevaba ese nombre de portada. Sólo lo dije por eso, porque pensé que tu blog carecía de un nombre propio distintivo. Pero acepto y me sumo a tu explicación.
    Respecto a los comentarios, y particularmente si hay buena música de por medio, creo que tienden a salir espontáneamente de parte del lector, como si se estuviera en una amena y distendida charla de pub.

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  6. Por cierto que sin querer te adelantaste a los tiempos, querida Lorena. Ahora soy yo el que recurro entusiastamente a conseguir buenos libros en tu biblioteca virtual. En realidad me gustan los dos sistemas. Debieran coexistir por siempre. No soy un comprador de libros nuevos, a menos que los encuentra en tiendas de outlet y los títulos y autores valgan la pena. Muchos de mis libros los he comprado por sumas ridículas en ferias callejeras a lo largo del país.

    De cualquier forma, si me voy antes que tú, dejaré testamentado que mis mejores libros de literatura y filosofía te sean legados. Nadie los aprovecharía mejor. ¿Qué tal un D.H.Lawrence o un Proust o un Joyce o un Stephen Crane? Cuántos tesoros.

    Un abrazo mi correntina super lectora.

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  7. Rescato por igual el valor de un buen clásico en las manos o en la pantalla, como el poder imperecedero de éstos y la fuerza de los que dicen desde el corazón desde un blog.
    Tengo a Proust, Joyce, entre otros, junto a un tal Zamorano y Muzam entre mis preferidos en una carpeta llamada MIS LECTURAS junto a mis archivos de COREL y MIS IMÁGENES.
    Un gran abrazo Jorge.

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