No culpar a otros. No
victimizarse. No vivirse quejando. Somos parte de una comedia bastante absurda donde todos somos
imperfectos. Algunos tratan de ser mejores, de no tropezar tanto, de no dañar
gratuitamente, pero la ceguera es inherente a nuestra condición. Tratamos, de verdad
tratamos, creo que la mayoría lo hace, y esquivamos los zarpazos de los que ni
siquiera lo intentan, o eludimos la negligencia de los que tienen el corazón
tullido, o de los que usan las sandalias de la envidia. No importa con qué
bandera se haga, creo importante tratar de llevar una buena vida, de exprimir lo
mejor de cada circunstancia, de no tolerar la intimidación de los prepotentes, y
no excederse, nunca excederse ni molestar a otros. Y ayudar, aunque ni siquiera
nos concierna, dando todo cuanto esté en nuestras manos sin esperar nada a
cambio.
¡cuán verdad! me dijo el poeta salvadoreño Róger Lindo cuando éramos colegas en el diario y me veía sufrir con mis hermanos: "mirá, no te tortures más, cortá con ellos"... "cortá con ellos". Y así se hizo y cuánta razón tenía. Si no lo han querido a uno en décadas no van a empezar a quererte de pronto porque sí. Eres la misma persona que no quisieron tanto tiempo. Ni tu vida entera valdría para que te quieran un poco como tú necesitas que te quieran. Se siente raro cuando la palabra de amor es "cortá"
ResponderEliminarAlgo así intento explicarle a mi madre cuando sufre hasta por el viento que se cola por las rendijas de la ventana para ensuciarle los muebles. Lo aconsejo mucho pero es algo que cuesta llevar a la práctica, lo intento.. trato de acorazarme, pasar por alto y limitar mi hipersensibilidad. Voy por mi camino y haciendo mi camino al andar.
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