Las cenizas del Calbuco cubrieron el cielo de un gris perlado. Los días se acortan. Las sombras se difuminan. Queda tanto por leer, tantas obras clamando por contribuir a nuestra reflexión final.
Pienso en la arrogancia de la academia. En la prepotencia de un master en ingeniería para avasallar a un campesino. En los políticos que te lanzan su doctorado a la cara. En las tesis pelotudas que te permiten lograr tal hazaña. Ni Mo Yan ni Knut Hamsum ni Bashevis Singer ni Iósif Brodsky ni Herman Hesse tuvieron una educación formal. Fueron básicamente autodidactas, se hicieron a sí mismos, esculpiendo su voz a tropezones, cabalgando en la oscuridad, sin hoja de ruta, casi siempre solos e igual lograron un Nobel, y quizás fueron los que más lo merecieron.
Imagen: Knut Hamsum
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