Muerte sentimental

El problema es que tus sueños crecieron muy alto, muchacho. Tus sueños eran excéntricos. Dar zancadas por las fronteras del conocimiento para encontrar la verdad unificadora no es poca cosa. Entretanto olvidaste muchas cosas. Como que también caminabas, que comías, que necesitabas un techo, abrigo, diversión, te olvidaste hasta del sol, y de la noche, y sobretodo, que necesitabas excedentes para suavizar el camino de otros, de esos nobles humanos que perpetuarían tu sueño…

Verás, hay quienes dicen que no eres más que un muerto moribundo, un pájaro albañil de troncos secos, la suma de las excrecencias del espíritu, un alma negra opositora a todas las almas, y a veces desearías defenderte, articular razones, pero luego piensas que no vale la pena, que nadie leerá tu defensa, que tu oratoria será un murmullo más en medio del tumulto. Ya fuiste condenado a la hoguera de la muerte sentimental y de verdad que no le importas a nadie…

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