No bajar la vista


Latigazos solares sobre la espalda. Recorremos el huerto humedecido por la lluvia de hace dos días. Avistamos zapallos italianos ya formados, largos porotos verdes y tomates a medio madurar. Arrancamos acelgas florecidas, lechugas alzadas y manojos de pasto para los conejos. El sol nos expulsa pronto. Volvemos a leer. Comienzos de Babbitt. Sinclair Lewis nos ofrece usinas en la niebla, obreros tristes, cuervos especuladores en ciernes, norteamérica mutando hacia una injusticia mayor. Luego un mate dulce, queque de limón, y el comienzo de Las uvas de la ira. Volvemos a esa obra tal como volveríamos gustosos a un verano juvenil. Prepondera la poesía, la pintura, las nubes amenazantes, el sol abrasador. Tras la tormenta de polvo las mujeres y niños no miran el paisaje devastado sino el rostro de los hombres. Si ellos no se han derrumbado la esperanza permanece intacta. Y ellos siguen impertérritos, no bajan la vista, y eso es suficiente para que las mujeres vuelvan a cantar y los niños a jugar con cautela.

4 comentarios :

  1. Cuando la esperanza muere también muere el hombre, el sentido de seguir acá. Claro que no está siempre presente a pleno pero siempre está ahí, escondida en algún halo de luz de nuestra consciencia.

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  2. Anónimo10/12/15

    gracias Jorge

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  3. La esperanza es creer que lo deseamos es posible,tambien podríamos llamarla FE....yo lo veo como atracción, atraigo lo bueno y lo malo con mis pensamientos.

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  4. La esperanza es creer que lo deseamos es posible,tambien podríamos llamarla FE....yo lo veo como atracción, atraigo lo bueno y lo malo con mis pensamientos.

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Cuadernos de la Ira de Jorge Muzam is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.