Me aferro a las horas tal como los aromos que nacen y crecen desde la verticalidad de los acantilados. Extendiendo largas raíces entre las piedras de la cultura universal, estableciendo diálogos en el tiempo con escritores filósofos, inventando formas levemente distintas de decir lo mismo de siempre, no añorando demasiado los días recientes, los días rotos, porque eso debilita las raíces que me sostienen ante el despeñadero.
Fotografía: Lorena Ledesma
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