Quien hubiese dicho que tus orgasmos despertarían a los perros de la noche. Nada estaba predispuesto ni nada quedó tras ese alboroto. Quizá Charlie Sheen tenía razón. Es mejor coger y cerrar los ojos. Coger sabiendo que es sólo un avenimiento pasajero de la carne, que más allá los universos no son complementarios, que más bien escapan hacia la nada en direcciones distintas.
No hay comentarios :
Publicar un comentario