No vimos hogueras el día de la cruz de mayo. Los tiempos han cambiado en San Fabián de Alico. Urgencias nuevas, cierto desdén por la belleza o inconsciencia de la unicidad de los momentos, de su importancia, de su solemnidad. Ni siquiera se trataba de una religiosidad obtusa o excluyente. Católicos, evangélicos y librepensadores contribuían a esa fiesta. Encender las piras era un acto de expiación cósmica, de purificación, de alegría y contemplación. Hoy las piras se alzan al cielo en la memoria de los ancianos que recuerdan, que añoran la compañía, el grupo, la colaboración.
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