¡¡Dame palabras, oh, dios mío, dios de los hijos de puta, de los libertinos, de los sin ley, dame palabras para describir esta vida que parece inenarrable!! No me abandones, susúrrame desde las piedras vulgares, desde los troncos secos, mírame a través de los mansos caranchos, de los coños sombríos, dame tu bendición a través de la luna en las noches de niebla. No me dejes caer en la tentación de escribir puras huevadas.
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