Medianoche invernal. Puelche frío. Cruje la vieja casona y afuera las siluetas de albaricoques se retuercen como bailarines del Bolshoi. Empezamos Los herederos de Bashevis Singer. La tragicomedia judía nos atrae, nos identifica. Quizá tengamos algo de esa estirpe, tal como debiéramos tenerla del resto. Somos quiltros genéticos, el final desafortunado de una historia donde todos copularon con todos.
Qué bueno, qué certero...
ResponderEliminarGracias, querido amigo.
EliminarTodos con todos, eso me gusta.
ResponderEliminarHermandad perruna. Cuanto mas conozco a las personas mas me gustaria haber sido perro :)
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