Castañas cocidas bajo un puelche furioso


La lluvia de tres días dio paso a un puelche furioso. La vieja casona se remece como un navío fantasma. Silba y cruje mientras las encinas azotan su techo de latones oxidados. Temprano fuimos a recoger castañas. Romina las antojaba cocidas para el anochecer. Comimos en silencio, masticando nuestra cultura tan distinta y solitaria. Estaba frío. Atizamos la cocina con cáscaras de pino. La tetera hirvió a los pocos minutos. Bebimos mate cocido. Para romper el ulular del puelche leí en voz alta el comienzo de La Broma de Kundera, pero Tatón bostezó, así que retorné a los cuentos de Haroldo Conti. A las 10 fuimos a nuestra habitación para terminar de ver To the wonder, de Terrence Malick. Necesitaba un vino urgente, un malbec de preferencia, pero la noche oscura y tenebrosa y la posibilidad de encontrar todos los boliches cerrados me disuadieron de tal empeño. La vi con el ceño fruncido. Hombres y mujeres somos muy distintos en el área del querer. Me pareció un rompecabezas de emociones. Se expresaba el sentir desde cada conciencia, no la palabra mentirosa. Los mensajes eran caricias o platos estrellados. Las mujeres buscando permanecer en el corazón de un hombre, significar algo perdurable en su hoja de ruta, acaparar su pensamiento, provocarle una sonrisa de añoranza cuando la recuerde. Y los hombres de lecho en lecho, acariciando una hembra sin rostro, queriendo y dejándose querer para olvidar apenas amanezca.


Fotografía 1: Romina explicándole a Tatón sobre el sinsentido de ladrarle a una vaca. 
Fotografía 2: Romina recogiendo castañas. San Fabián de Alico, Chile.

2 comentarios :

  1. Tambien la vi. Muchas preguntas y por solo eso es una gran pelicula. No hacen falta las respuestas

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  2. Deliciosas las castañas, delicioso relato. Saludos

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