Saltando sobre las piedras

Salto piedras en medio de un río torrentoso. Es difícil no resbalar. Caerse involucraría una nueva demora o quizás el fin. Puedo sortearlas. Lo he hecho tantas veces. Pero esta vez la otra orilla parece estar más lejos. El río avanza caudaloso y numerosas piedras se han sumergido.

El sueño es recurrente, y de verdad he debido sortear ríos muchas veces. Pero esta vez temo no llegar a la otra orilla, ni durmiendo ni despierto.

Es una fresca mañana en la cordillera de los Andes. Voy por un café y de paso abro la puerta para que ingrese el aire matinal de las montañas. Llegan aromas de flores y frutas y del pelaje de los animales mojados con rocío.
Vuelvo y enciendo el computador. Abro facebook, mis blogs, algunos periódicos y fotos de mujeres desnudas. La belleza étnica me conmueve. El café se enfría y voy por otro más caliente. No puedo deshacerme del río torrentoso en mi mente. Sigo saltando, como un venado asustado. Los patos me miran impotentes. Apenas logro equilibrarme. Me resbalo y logro afirmarme a último momento, pero debo seguir. Ya no puedo volver a la orilla de origen y la otra se me aleja en cada salto.

Vuelvo con mi nuevo café, muy caliente y bebo un sorbo tan grande que me quema la lengua. En facebook, pocos amigos a esta hora, sólo algunos españoles, pero no los más cercanos. Quisiera que estuvieran para preguntarles cómo cruzar este maldito río.

2 comentarios :

  1. ¿Cómo cruzar un río caudaloso? Con coraje, cerrando los ojos y lanzándote sin miedo al olvido, puesto que si te morís quedarás en la memoria por lo que has dejado atrás.. ¿qué dejaste? Qué importa si ya te moriste, hay que preocuparse por lo que se hizo mientras tiene uno fuerza de hacer que lo que queda en el recuerdo, mente o memoria de terceros depende excusivamente de sus necesidades y criterio.. Me entrego al agua, al peligro y si salgo ya veremos cómo seguimos adelante.

    Bello, sincero y existencial.

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  2. Simplemente cruzarlo. Lo más probable es que no lleguemos a la otra orilla, pero siempre existe la posibilidad de que lo logremos.
    El agua está muy fría. Quizás eso espabile los ánimos. De cualquier forma, no es posible retornar a la orilla original.

    Vamos, tomados de la mano, saltando en cualquier parte, quizás bebiendo un pisco, matándonos prematuramente de la risa.

    Besos, mi querida Lorena.

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