Bolivia

Recorrer Bolivia es un sueño que me acompaña desde hace años.

Pablo Cingolani me ha invitado en más de una ocasión. El vive en Río Abajo, cerca de La Paz, dando la pelea para salvar la Amazonía.

Quiero cruzar sus senderos de la muerte, deleitarme con sus acantilados, con sus salares infinitos, sus lagos multicolores y su niebla aromática. Quiero recorrer sus pueblos, conocer a su gente, quizá quedarme allí un buen tiempo.

Anoche leí la novela Bolivia, del argentino Gonzalo Beladrich. Breve, fresca, no pretenciosa. Gracias a la mirada de Beladrich conocí Purmamarca, Oruro, Potosí y La Paz. Los personajes de la novela, de distintas nacionalidades, conviven fraternalmente. Sólo los policías hacen la diferencia exigiendo pasaportes y esas cosas. Pero argentinos, bolivianos, chilenos, uruguayos y franceses caminan como iguales, apoyándose en todo lo que pueden.


Me llamó la atención que el protagonista leyera al chileno Alberto Fuguet, y lo tuviera como un gran escritor. Incluso asistió al estreno de su primera película "Se arrienda", en La Paz. En Chile, las pandillas literarias llevan más de veinte años denostándolo. El resentimiento de los mediocres, a diferencia del que mueve a los talentosos, es completamente infructífero y venenoso. Fuguet es un tipo culto, un buen reflexionador literario. Me da gusto comprobar que la buena literatura traspasa fronteras de manera natural, desprovista de banderas, sin campañas publicitarias, sólo valiéndose del idioma y de las historias narradas.

La novela de Beladrich tiene escenas visualmente vigorosas, como aquella donde los protagonistas beben grapa miel y se bañan desnudos en la laguna tibia de un volcán, bajo la fría noche altiplánica.

El libro se me acabó tan rápido que me dejó con gusto a poco. No sé nada del autor, pero puedo dar fe de que escribió una buena historia.


Imagen: Potosí, Bolivia (no pude encontrar al autor de la fotografía)

2 comentarios :

  1. Luego de leerlo a ud me daban ganas de recorrer aquellos lugares en que posó su mirada. Cuando la descripción de un lugar es dinámica y no está sobrecargada de artilugios, las sensaciones se transfieren con éxito y sucede la magia de la transferencia y la teletrasportación. No es habitual.

    Dejando de lado los viajes imaginarios y literarios, ojalá que algún día pueda respirar esos aires y nos narre sus vivencias.

    Un abrazo.

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  2. Yo también quiero ir Muzy. Avise.

    Besitos

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