Chile, el paraíso de la desigualdad

Me cuesta imaginar que en otro país exista una clase política y empresarial más miserable que en Chile. Hablo de ambos en mi primera frase porque son esencialmente lo mismo. Un porcentaje abrumador de la clase política chilena proviene del mundo empresarial. Es su forma de infiltrarse y controlar las leyes y la preservación de sus privilegios. 

Tienen algunas características típicas o tranversales. Son sumamente clasistas y despreciativos con los que tienen menos poder que ellos. Son exclusivistas, viven en barrios alejados y más protegidos que si fuesen guarniciones militares. Son llorones cuando un político díscolo murmura la posibilidad de subir los impuestos. Son culturalmente rastreros por cuanto no se atreven a innovar ni valoran la creatividad chilena. Son mentecatos porque nunca han sido capaces de agregarle valor agregado a sus productos. Son mayoritariamente aprovechadores de sus trabajadores. Son expertos en eludir impuestos. Son huevones porque dejan que grandes transnacionales vengan al país y lo depreden todo y ellos sólo reciban una tajada menor. Son extraordinariamente ignorantes en temas culturales. Sólo recurren al Estado cuando necesitan que la policía antidisturbios les disuelva las huelgas.

 Durante los últimos meses y años y décadas han venido desplegando sus esfuerzos para que el salario de los trabajadores siga siendo de hambre. Según la versión de ellos, es necesario mantener un salario bajo para que los indicadores macroeconómicos sigan en orden, en especial para que no se dispare el desempleo en medio de un escenario de crisis global. Se plantea como positivo para los hogares porque es mejor tener trabajo a no tener nada y se argumenta como irresponsable solicitar ajustes más altos pues ponen en peligro a toda la economía

Sin embargo, para ellos no funciona ese peligro desestabilizador, por cuanto sus ganancias se acrecientan exponencialmente cada año, hasta el punto que hoy, un país poblacionalmente insignificante como Chile cuenta con varios multimillonarios en la lista Forbes.  De los parlamentarios, que actúan como la fuerza legislativa de choque de sus amos empresarios, no hay mucho que decir. Son sólo perros cuidando su hueso de 35 mil dólares mensuales por no hacer nada.

Este es el verdadero Chile, el país de la más vergonzosa injusticia social, donde las personas deben especializarse en el ejercicio de la bicicleta, es decir, para poder comer todo el mes deben usar tarjetas y más tarjetas de crédito y préstamos que paguen otros préstamos a tasas usureras en una postración que les lleva la vida entera.

 En Chile se ensayó este sistema en los años 80, y recién ahora pretenden implantarlo en España, en Grecia, en Italia. Ya lo están llevando a la práctica en Alemania. Conlleva la precarización del empleo, la reducción de los salarios, una legislación eminentemente antisindical, los préstamos bancarios a tasas usureras, la manipulación de la prensa, el uso y abuso a todo evento de la policía represora, la privatización de los servicios públicos y el repliegue del Estado protector. Es, en definitiva, la dictadura del gran empresariado.

3 comentarios :

  1. Anónimo31/7/12

    Le cuesta imaginar porque está irreversiblemente contaminado con el medio circundante. Le cuesta por eso más que por falta de imaginación, no me cabe duda por lo que conozco de ud por sus letras. Sé que una miradita para afuera y verá de inmediato que el resto no estamos mejor.

    Buen artículo. Saludos.

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  2. El verdadero Chile que nos contás cuesta imaginarlo. Desde acá siempre se habla de lo bien que se manejan y lo equilibrado que están del otro lado de la coordillera.. generando una suerte de envidia que pronto muta por bronca hacia los nuestros. "Los nuestros" no son mejores, te lo garantizo. No sabría decir si son menos o si están mejor disfrazados pero que están están. Son esos de siempre y lo manejan todo desde "siempre"

    Buen artículo, abrazos.

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  3. Camila Vallejo ya lo había dicho en distintos foros internacionales. No crean la imagen exitista que les venden los medios oficiales sobre Chile.

    Nuestra sociedad es mucho más compleja y está plagada de contradicciones. Lo que hoy se ostenta como bajo desempleo no son sino formas eufemísticas de disfrazar la esclavitud.

    Saludos

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