Maybe

El café del casino era un asco, aunque era barato y nos servía para pasar el rato. A veces estaba muy frío y a los cafés les sumábamos sopaipillas y pasteles. Siempre había alguien que tenía algo de dinero para invitar al resto. Las burlas obscenas nos mataban de la risa. Parecíamos vagos o idiotas o burgueses insensibles, pero no revolucionarios como el resto. Eramos un poco de todo. No más de diez estudiantes de historia, entre atolondrados y tiernos, sobreviviendo con cierta parsimonia en medio de la contaminada metrópoli santiaguina.

El invierno del 97 fue particularmente inclemente. Los días en que había temporal llegaban pocos profesores, pero nosotros no teníamos adónde ir, así que nos guarecíamos en el subterráneo de la facultad de filosofía junto a simpáticos marihuaneros y adustos comunistas. 

Fue una época de gruesas bufandas multicolores y paraguas retorcidos por el viento. La primavera parecía tan lejana. Akiko llevaba tres meses junto a nosotros y ya prometía marcharse. Parecía tan independiente, tan segura por el mundo, tan invulnerable. Delgada como una flauta de bambú y blanca como un narciso, su español era más que aceptable y hasta nos trataba de huevones calientes. La queríamos. La cuidábamos. Yo la quería particularmente. Nos tomábamos de la mano para saltar los pozones que dejaba la lluvia y a veces hasta nos abrazábamos para espantar el frío. 

Me deleitaba aspirando el suave vaho de su respiración y le daba besos en su naricita enrojecida por el frío. Nos gustábamos sin duda. Nos gustábamos mucho. Pero fuimos cobardes, o precavidos. Ninguno quería sufrir con la segura separación. 

Varias veces. mirándola a los ojos, le dije: "maybe", y ella me respondía con una especie de ternura exasperada: "¿quizás qué?

Se marchó el último día de agosto, cuando la primavera daba sus primeros guiños solares.

Imagen: © Chen Shu Fen

2 comentarios :

  1. Quisiera que su historia me recordase a alguna historia.. pero no. Recuerdo al leerte esa ausencia y me nace un suspiro. Me inventaré recuerdos bonitos para adornar mi pasado amoroso.. ah... Me encantó!

    ResponderEliminar
  2. Gracias, mi Lorena. De a poco nos vamos armando, sumando recuerdos propios y ajenos, convirtiéndonos en nostálgicos Funes.

    Abrazos

    ResponderEliminar

Creative Commons License
Cuadernos de la Ira de Jorge Muzam is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.