Duraznos para Oliver Twist


Fue el verano de mis 11 años. En los patios de mi casa campestre abundaban los durazneros. Estaban allí desde quién sabe qué generación. Los había blanquillos y priscos, betarragas y abrileños, pelados y peludos. Algunos tenían esencias de cedrón o ruda, por limitar con esos arbustos. Otros, al caer prematuramente, quedaban bañados con fragancias de poleo o manzanilla. El resto tan sólo sabía a durazno, a dulce y jugoso durazno. En esa época había sobrepoblación de cigarras, carpinteros y grillos que se relevaban el turno del bullicio.

Mi habitación daba a un largo corredor de tierra donde dormía un gallo y media docena de gallinas. Cada amanecer me hacía saltar hasta el techo con su estruendoso canto. Parecía que lo hacía de adrede, porque teniendo tres hectáreas y decenas de árboles donde pernoctar, había decidido echar sus plumas justo al lado de mi ventana.

La cosa es que gracias a ese gallo madrugué todo ese verano y el resto del año y me temo que el resto de mi vida, pues me acostumbré a despertar a las 6 de la mañana y a levantarme 15 minutos más tarde. 

Aquel verano los durazneros fueron generosos. En las tardes, cuando los trabajos más duros ya habían concluido, me recostaba en la hierba con una abundante provisión de duraznos y leía todo lo que tuviese a mano. Ese verano, entre durazno y durazno, leí de principio a fin Oliver Twist.

6 comentarios :

  1. Anónimo18/3/11

    Evocador relato, me transportó a similares vivencias infantiles propias, que han sido también perdurables, los momentos de mi vida a los que quisiera volver...

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  2. Anónimo20/3/11

    Mi querido Escritor ; de lenguas filosas , mi salud esta estable , ansío me mandes tu libro , me gustaría leerlo , Carlos ya te comento , ha buscado en las librerías de esta cuidad , y no se encuentra. No te pido me lo regales, pagaría contrarenbolso , si te parece ? mi dirección es Necochea 5400 , entre Milán y Turin , Un lugar casi paredisiaco, mucho verde y oxigeno, que es lo que necesito?? la cama me aburre razón que me lleva a levantarme de madrugada a escribir o pintar, depende mi estado de animo mi Te 03783- 458-526,Corrientes argentina.

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  3. OROMORENA21/3/11

    Siempre existe aquel texto o novela que inspiraron nuestra vida . Que despues de leerlo empezamos a pensar de otra forma, o sentimos que hemos aprendido una gran lección en la vida
    o simplemente disfrutamos leyendo; reviviendo recuerdos de nuestra infancia o dias pasados como tu experiencia en tus años mozos

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  4. Agradezco vuestra palabras, mis amigos lectores y comentaristas.

    La memoria se manifiesta de pronto, acicateada por cualquier estímulo, proustianamente, quizás no siempre por una magdalena, sino como en esta ocasión, pasando por una simple frutería u oyendo los cánticos gallunos en un programa de televisión infantil.

    Querida María Laura, deseo que te mejores a la brevedad. Desde acá te envío un fuerte abrazo. Pronto te enviaré alguno de mis libros.

    Mi recordada Oromorena. Me conoces de otra época y somos de la misma región así que quizás puedas visualizar una parte de tu propia vida a través de estas imágenes.

    Señorita Anónima, de seguro su vida y la mía han sido muy similares y más de un gallo debió cantar en su ventana.

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  5. Hace unos días caminaba junto a mi madre rumbo a la casa de unos parinetes, en medio de nuestro andar entre el polvo y las discusiones clásicas que caracterizan nuestra relación le interrumpo y le digo: me recuerda a mi infancia. No hizo falta explicar nada y olvidandose del enojo del momento asintió alegremente. Pasábamos bajo un árbol cuyo nombre desconozco pero que su aroma era el mismo que sentía todas las mañanas cuando me llevaba de la mano a la escuela, que nos hacía decir al unísono: qué rico!! Ambas recordamos con adoración esos detalles insignificantes...

    Recuerdo por recuerdo querido amigo. Gracias por compartir los tuyos con nosotros.

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  6. Los sentidos nos permiten vivir o revivir de tanto en tanto cada una de las épocas que guarda nuestra memoria, querida Lorena. Los recuerdos de infancia suelen ser casi siempre felices, porque los tristes o ingratos están guardados bajo muchas llaves por nuestra sobreprotectora memoria.
    Estoy seguro de que para tu madre ese aroma significó tanto como para tí.
    Un beso y gracias por compartir tu recuerdo.

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