Borrar la vergüenza


Regreso a Borges. Lo primero que encuentro es la indescifrable conducta de Shih Huang Ti. Quemó efectivamente los libros que le antecedieron, aplastó la memoria colectiva y ordenó a sus súbditos olvidar cuánto habían vivido, escuchado e incluso imaginado. El hombre y cuánto podía existir empezaba en él y con él.

Simultáneamente ordenaba la construcción de la obra más magnífica, grandilocuente e inútil de la humanidad: la gran muralla china. Tal acumulación de ladrillos parecía tener sentido en alguna dimensión oscura, antojadiza y afiebrada del mesiánico emperador.

Su madre había sido una ramera. Borges lo plantea como la motivación esencial de Shih Huang Ti. Borrar, restregarse la vergûenza, levantar el puño iracundo hacia todos los horizontes y construir y construir y construir algo tan grande como aquel deshonor.

1 comentario :

  1. Samuel Johnson, el autor del Diccionario de la lengua inglesa, tenía en su casa un ladrillo de la muralla china.

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